1.000 motivos para Amar a la Tierra

1.000 motivos para Amar a la Tierra

Judía del Sancho en Muniesa, Teruel. Variedad de judía local que se cultiva en secano para consumo de las vainas verdes. Una curiosidad del reino vegetal. 

El pasado no cuenta, no nos permite avanzar, por ello una nueva visión del mundo es necesaria para afrontar todos los acontecimientos que nos depara la vida.

La vida, es ese espacio de tiempo que cada ser humano tiene para experimentar, vivir, revelar, sacar lo mejor y dar lo que en consciencia puede aportar. Somos únicos, por lo que nuestro papel no lo va a protagonizar otro, ser el protagonista de tu propia vida es encarnar tu existencia como parte esencial para la construcción de la obra más bella en la Tierra.

Conversando con Bernardino Lalaguna de Yosa del Sobremonte, Huesca. Una persona que ha sabido mantener el cultivo y el acerbo cultural de los nabos más afamados del Pirineo Aragonés.

El ser humano ha dañado al reino vegetal, el verdadero pulmón de la tierra y el soporte para dotar de alimentos a los humanos. Acciones poco éticas y muy peligrosas que ponen en riesgo la vida de todo el colectivo humano han sido permitidas y en muchos casos alentadas por el poder y los intereses individuales con el único fin de lucrarse. El ritmo biológico de la naturaleza ha sido dañado y sometido a continuas acciones como; destrucción de la selva, la quema indiscriminada de los bosques, el uso de los plaguicidas y la implantación de los transgénicos. Para originar un mercado global que fomenta los oligopolios, causantes de la extrema contaminación, de la pérdida de la sabiduría agro-ganadera tradicional y local y del abandono hombres y mujeres de las zonas rurales por una competencia desleal e ilegítima.

Aprendamos de este error, la humanidad debe iluminar con su fe el camino de la verdad, sacrificar intereses personales para favorecer al colectivo. Consciencializar, elegir, decidir que acciones realizar en la vida para reencontrar el orden y el equilibrio para si mismo y por sus semejantes.

El modelo industrial del último siglo, ha convertido a la sociedad moderna en su principal mártir. Los objetivos de cualquier empresa son muy claros y evidentes; hacer, crecer, ganar y expandir. ¿dónde está el límite? La imagen y el marketing de las empresas es a su vez la propia horca; “hacer equipo, sabemos lo que te hace falta, conocemos tus necesidades, tenemos la mejor oferta, somos profesionales, un beneficio mutuo al lado de ti, juntos a lo más alto, etc, …” ¿a qué punto? La realidad es que todas buscan lo mismo; aumentar el nivel de producción, el margen de beneficios, la cuota de mercado, etc,….

Y lo que hace falta verdaderamente es aumentar el nivel de consciencia, la formula es bien sencilla, hacer tomas de consciencia en que nuestras acciones a título individual y colectivo contribuyan a un desarrollo sostenible, un orden y un equilibrio social en toda la Tierra.

La grandeza de la naturaleza, los cuatro reinos; mineral, vegetal, animal y humano. Recogiendo hortaliza local para los mercados agroecológicos de Huesca y Zaragoza. Alberto Ruiz en la finca Achordiga de Huesca. 

Los verdaderos artífices para construir la sociedad del presente y salir de esta situación inesperada y dolorosa que forma parte de los grandes acontecimientos de la vida en el planeta, es la humanidad en su conjunto. Es tiempo de poner los pies en el suelo y reflexionar sobre la ambición del ser humano sobre el planeta y la falta de espiritualidad.

El mejor equipo, es el equipo de los seres humanos conscientes por que reine la paz en la Tierra. Lo que hace falta es humildad y capacidad de reconocerse unos a otros, las necesidades son bien sencillas; amor, fraternidad, tolerancia, gratitud,… La ofrenda universal, es que todos los seres humanos renovemos el verdadero sentido de la vida, para ser y estar felices. Por que todos somos profesionales, cada mujer y cada hombre tiene un papel importante, tu labor no la va a hacer otro por ti, Haz tu obra, de esta manera el beneficio es compartido y la energía de redención será el punto donde todos los humanos encontremos la respuesta.

«Semillas» las joyas y tesoros de la tierra, la única materia prima que puede disfrutarse con los cinco sentidos.

Caminar, vivir y sentir de forma conjunta el pulso del planeta, una manera sencilla y sabia de pasar por la vida.

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