26 May ACEDERAS DE BAÑÓN
Los motivos migratorios que han tenido lugar en el planeta han sido debido a factores como las guerras, la industrialización, la descolonización y la globalización en las últimas décadas. Probablemente el cambio demográfico que más ha afectado y sacudido al medio rural es el que ha tenido lugar en la segunda mitad del siglo pasado, sus consecuencias están teniendo un enorme impacto en la pérdida y abandono de muchas prácticas seculares ligadas especialmente a la cultura culinaria y/o gastronómica.
El abandono de los pueblos ha dado origen a grandes núcleos urbanos donde los seres humanos viven alejados de la tierra, de las plantas y animales. Desde tiempos inmemoriales en los pueblos la vida se construía en torno a la relación y equilibrio de los cuatro reinos de la naturaleza; mineral, vegetal, animal y humano. Una de las tareas que se realizaba con frecuencia era la de recolectar hierbas para distintos usos; medicinal, alimentación y religioso.
Hojas de acedera.
La acedera, en Bañón es un claro ejemplo y a la vez testimonio sobre un pasado lleno de historia y curiosidades. Bañón, es un municipio y población de la Comarca del Jiloca de la provincia de Teruel. La localidad se encuentra a 1.141 metros de altura, en una zona de suaves llanuras. En el territorio se constatan distintas ramblas que llevan sus aguas hacía el fondo del valle del Jiloca.
La huerta tiene un papel importante y destaca por el intenso sabor que imprime a sus frutos debido a la altitud, el agua de pozo con la que riegan y el clima. Desde hace más de un siglo, Bañón cuenta con una nueva especie entre la oferta hortícola con que nutren las cocinas. Dentro del término municipal, hay un paraje que se conoce con el nombre de “la umbría de las acederas” dentro del monte “masomero” donde crece esta planta de forma silvestre.
Las acederas crecen de manera abundante en prados húmedos y ocasionalmente en bosques, su presencia espontánea en este territorio es muy llamativa y su cultivo en los huertos es una verdadera singularidad.
José Antonio en su huerta con una planta de acedera florecida.
Me hace saber José Antonio Sánchez que en ese lugar salen las acederas de manera natural. En el pueblo antes de la guerra todas las casas cogieron un cepellón y lo trasplantaron en los huertos, para poder comer las hojas. El rizoma crece indefinidamente, puedes dividirlo y así multiplicar nuevas plantas.
La acedera es una planta rústica, presenta unas hojas lanceoladas, jugosas, refrescantes y ácidas. Niños y mayores comían sin distinción las hojas en ensalada aderezada con una raya de aceite y un poco de azúcar. También la usaban para acompañar carne, especialmente la de cordero.
Huerto de Bañón con su pozo de agua.
Debo precisar que su consumo debe ser ocasional por el contenido en ácido oxálico y sales alcalinas que presenta la planta, por lo que la ingesta debe ser moderada. Por otro lado debo aclarar que en el pueblo nadie tiene constancia, ni recuerda intoxicación alguna por el consumo de esta planta.
ENSALADA DE ACEDERAS, CHORIZO DE LATÓN Y COSTRONES DE PAN
Ingredientes
- Acederas de Bañón, 4 bouquets.
- Chorizo de Latón de Carnicería Miguel Escuer de Huesca, 400 gr.
- Pan trigo Aragón 03 de Leciñena, 4 rebanadas de pan de molde.
- Aceite virgen extra variedad “Verdeña, Negral y Alquezrana” de Bierge, 1/4
- Sal de Naval.
Elaboración
- Poner en agua fría las hojas de acedera, lavar, escurrir y reservar.
- Cortar el pan en tacos cuadrados de medio centímetro, freír en el aceite y reservar.
- Cortar en chorizo en rodajas finas, tomar un poco de aceite de freír el pan y saltear el chorizo hasta que resulte cocinado.
- Montar la ensalada alternando las hojas de acedera, el chorizo y los costrones de pan. Sazonar y aliñar con unas cucharadas de aceite de freír el chorizo.
- ¡¡Buen provecho¡¡
Comentario
Equilibrio, armonía y conocimiento del medio como herramienta del desarrollo identitario de los pueblos. Una de las marcas indelebles del medio rural que están en grave retroceso por el olvido de las políticas urbanas.
Elaboración sencilla, sabrosa, que entronca con la cocina popular, donde con pocos ingredientes se expresa, se construye y se transmite originalidad y consciencia de lo que debe ser la gastronomía sostenible y local.
La acedera forma parte de la cultura culinaria de Bañón, que tristemente solo mantienen unos pocos vecinos en la actualidad.
Cambiando el hábito de comer, cambiamos el mundo.
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