JUDÍAS DEL PILAR DE TORRALBILLA

JUDÍAS DEL PILAR DE TORRALBILLA

En Aragón; somos pocos, pero no poco.

Si hubiéramos de elegir una receta que mejor exprese algunos de los tesoros del Patrimonio Alimentario Aragonés podría ser esta que suscribo más abajo. Los motivos son muchos, déjenme que les cuente algunas de las curiosidades que nos hacen acreedores de esta riqueza cultural. Las judías del Pilar es una semilla totalmente arraigada en el territorio y lo demuestra las diferentes formas que encontramos de llamarles dependiendo del lugar de Aragón donde se cultive; Boliches del Pilar, Judías de San Cosme, Judías del Ramico, Judías del Boler, Judías Caparronas y Boliche de Careta.

boliche del pilar

La borraja es uno de los productos endémicos de nuestra variopinta cesta que representan como ningún otro nuestra riqueza hortícola.  Atesora muchas virtudes y destaca por ser la mayor fuente de ácido gamma linolélico lo que la convierten en una planta medicinal de primer orden, muy indicada para la prevención del cáncer en general y del cáncer de estómago en particular.

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JUDÍAS DEL PILAR DE TORRALBILLA CON BORRAJA DEL VALLE DEL EBRO

Ingredientes

  • Judías del Pilar de Torralbilla, 360 gr.
  • Cebolla blanca babosa de Huesca, 1 unid.
  • Patatas de Yosa de Sobremonte, 2 unid.
  • Ajos morado de Sariñena, 3 dientes.
  • Borraja variedad Movera de Zaragoza, 1 pieza.
  • Aceite virgen extra variedad Verdeña de Bierge, 1 d/l.
  • Sal de Naval.

 

Elaboración

  1. Dejar en remojo las judías en agua fría, 8 horas.
  2. Cambiar el agua y poner a cocer las judías junto con el ajo, la cebolla y la patata. Cocer por espacio de 40 minutos a fuego lento.
  3. Retirar la cebolla, el ajo y la patata.
  4. Limpiar la borraja y cocer los tallos en agua con sal.
  5. Refrescar la borraja en agua fría y retirar los pelillos de los tallos.
  6. Reservar los tallos de la borraja.
  7. Servir las judías del Pilar y borrajas en el plato y condimentar con el aceite y la sal.

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Comentario

Una receta sencilla, pero no por ello menos importante. Destaca por la fuerza, potencia y complementaridad de los dos ingredientes que con sólo el atuendo del aceite y la sal lo convierten en un plato de auténtico lujo y evidencia como muy pocos lo pueden hacer el potencial y las credenciales de la fortaleza gastronómica Aragonesa. Os confieso que este plato favorece el compromiso por las causas nobles y colectivas.

Cambiando el hábito de comer, cambiamos el mundo

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