COL REPICOTEAU DE CASPE

COL REPICOTEAU DE CASPE

El río Ebro en su camino al mar Mediterráneo atraviesa Caspe, la huerta de esta localidad ha sido desde siempre muy prolífica de hecho las huertas de la (Herradura, Zaitón y Chacón) que están hoy bajo las aguas del embalse “Mar de Aragón” eran las más precoces en hortalizas de todo el territorio. Tierra, agua y situación estratégica adelantaban la cosecha de los frutos del campo entre quince y veinte días.

En Caspe el oficio de la huerta tuvo un rol capital, eso ha propiciado que haya un buen número de variedades tradicionales, señalo algunas de ellas; ensalada capuchina, berenjena larga, pimiento gordo, judía roya o de sin hilos, judía metrera, judía del aumento, calabacín blanco, tomate pitero, melón bolero, melón de los fraileros, calabaza del conde, etc,…

Semillas de col variedad Repicoteau

De entre las coles que se cultivaban, la variedad -Col Repicoteau- es la que más llama la atención y que mejor recuerdo ha dejado entre la población. Diferentes motivos son las que la dotan de interés, por un lado recibe el nombre por la forma que presentan las hojas simulando que un ave ha picado sobre ellas y por otro el delicado sabor que ofrece al comerla. Resulta muy interesante porque apenas  huele a sulfuroso, es suave y dulce a la vez y presenta unos tallos tiernos muy sabrosos.

Se trata de una col rústica y vigorosa, de porte grande y de ciclo largo. Era la col favorita para muchos hortelanos por sus llamativas hojas, el cogollo y su sabor.

Joaquín Borruey agricultor e hijo de agricultores, cultiva un buen número de variedades tradicionales heredadas de sus padres. Su tenacidad, esfuerzo y amor a su trabajo ha hecho posible que se mantengan algunas de las variedades tradicionales singulares de la huerta caspolina.

Joaquín Borruey en la huerta de Caspe

El semillero de esta col se realiza a finales de junio, las plantas se trasplantan 8-10 días antes de las fiestas de San Roque de Caspe y se empieza a recolectar con la llegada de los primeros fríos de finales de noviembre en adelante.

Esta col admite varias fórmulas en la cocina, aunque las clásicas son las que más adepto tienen, hervida y aliñada o salteada con un refrito de ajos y tocino. El agua de la cocción resulta primordial para elaborar unas deliciosas sopas escaldando unas migas de buen pan. Otra genialidad de la cocina popular, hoy en horas bajas.

COL REHOGADA CON TOCINO Y AJO

Ingredientes

  • Col variedad “Repicotea” de Caspe, 1 pieza.
  • Tocino entreverado salado, 200 ge.
  • Ajo blanco de Binad, 3 dientes
  • Aceite virgen extra variedad “Verdeña” de Bierge, 1/4 dl.
  • Sal de Naval.

Elaboración

  1. Limpiar la col, lavar y cortar.
  2. Poner a cocer en un rondón con agua hirviendo sazonada. Alrededor de 16-18 minutos.
  3. Refrescar, escurrir y reservar.
  4. Pelar los ajos y laminar. Cortar el tocino en lardones o tiras.
  5. Rehogar ajos y tocino en el aceite e incorporar la col. Saltear todo junto un minuto y poner a punto de sal.
  6. Emplatar y disfrutar.
  7. ¡¡Buen provecho¡¡

Comentario

Esta col merece todo el reconocimiento por diferentes motivos; su apariencia, su delicado sabor y su exclusividad.

Una variedad tradicional más que se ha ido arrinconando por la llegada de los planteros y la aparición de variedades mejoradas de ciclos más cortos. El interés económico otra vez tratando de imponer su ley y no en favor de la biodiversidad hortícola, de la salud y de la riqueza gastronómica local. Aunque esta vez, todavía estamos a tiempo de mostrar su potencial para recuperar el esplendor en la cocina.

Debemos cambiar esta fórmula caduca, donde el interés económico, la comodidad y a veces el inconsciente desplazan las variedades tradicionales.

¿Acaso no vale la pena mantener la cultura hortícola y culinaria popular, como muestra singular e inédita del conocimiento y compromiso por la biodiversidad y el sabor de las generaciones pasadas?

 

                      Cambiando el hábito de comer, cambiamos el mundo.

 

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