CRESPILLOS DE BORRAJA “Tradiciones, la identidad de los pueblos”

CRESPILLOS DE BORRAJA “Tradiciones, la identidad de los pueblos”

Si la historia, es consecuencia de la sucesión de sucesos que suceden sucesivamente, sostener que las tradiciones tienen un paralelismo con la historia es acertar en el pronóstico. De esta manera las tradiciones se conforman en base a la adaptación, esencia y la singularidad de los comportamientos y vivencias adoptadas y admitidas de manera generalizada como referencia vital de la idiosincrasia de un pueblo en un lugar determinado del planeta Tierra.

Semilla de borraja

En Aragón, la borraja es consustancial a su historia, hablamos de un alimento que ya el mismo Ruperto de Nola lo cita en varias recetas en el Libro del Coch, Otra obra en la que aparecen elaboraciones donde la borraja es ingrediente principal es en el libro Nuevo arte de Cocina de Juan Altamiras. Pero la aparición del crespillo en la bibliografía gastronómica aragonesa es muy reciente, quizás por la sencillez de su elaboración y el traspaso oral de la misma o tal vez por no haberle dotado de la grandeza que verdaderamente tiene este inédito bocado dulce.

Estamos ante un ejemplo que simboliza como ningún otro la cultura gastronómica popular aragonesa, consecuencia de la adaptación de la sociedad y su relación con el territorio. Un dulce fruto de la confluencia de aspectos religiosos, paganos, económicos y sociales. 

Plantas de borraja

La preparación de este dulce que da la bienvenida a la primavera está muy especialmente arraigada en las Comarcas del Sobrarbe y Somontano en Huesca y en la Comarca Turolense del Matarraña.

La obra “La cocina del Sobrarbe” de varios autores, en el capítulo de los -Postres y Lamins- cita la masa de los crespillos para hacer frita y luego da la receta de los crespillos de borraja que se rebozan en la misma masa y otras fórmulas como los crespillos de sesos, de calabaza o de manzana. Evidencia que prueba el conocimiento y diversidad de elaboraciones que se hacían a partir de esta masa.

Joaquín Coll, en su publicación «Manjares del Somontano» recoge dos recetas de crespillos y dice; Se trata de otro rito primaveral de fecundidad y se oficia, según «vox populi» para que se queden preñadas las oliveras.

Joaquín Coll hace un trabajo de campo excepcional y en la separata Nº 21, de Temas de Antropología Aragonesa sobre “El Rito del Crespillo” recoge aspectos muy significativos sobre esta elaboración; [RESUMEN: En el ámbito familiar de los pueblos del Somontano de Barbastro y en los núcleos del Sobrarbe y Ribagorza, se celebra desde tiempo inmemorial un rito de fecundidad consistente en la ingestión de un dulce denominado “crespillo”. Era una celebración anual ceñida al ámbito familiar que tenía lugar inalterablemente el día 25 de marzo de cada año, o sea, el día que se conoce en el calendario cristiano como de la Encarnación del Señor (25 de marzo). Su objeto era propiciar la fecundidad de los olivos y se acompañaba de una prez u oración propiciatoria que en la mayoría de los casos se eludía por sobreentendida. Actualmente, la población agrícola del Somontano es insignificante y el rito se ha convertido en una celebración urbana que se celebra anualmente en la plaza del Mercado de Barbastro. Miles de personas se congregan el último domingo de marzo para evocar el viejo rito de fecundidad. En el artículo se examinan algunas hipótesis sobre su origen y aceptación de la fiesta por la iglesia católica…]

Hojas de borraja

Darío Vidal recoge en el libro “Flor de Cardo azul” la elaboración de los crespillos o torrijas de borraja. [Los crespillos, borrajainas, torrijas de borraja, o crispells en la zona de Calaceite, son un postre de sartén cuya materia prima la constituyen las hojas de borraja que se desechan al preparar la verdura.  Ni que decir tiene que se escogen las hojas más recogidas, perfectas y sanas de las de tamaño medio o pequeño, que son más tiernas. Con la mano del almirez se golpean delicadamente, sin machacarlas, tanto por el haz como por el envés, para domeñar las erizadas y casi invisibles espinitas tupidas que la tapizan. Después se rebozan con harina y huevo batido y se meten a freír en aceite rusiente evitando que se quemen. Y al sacarlas humeantes se rebozan de azúcar y canela. O se les cubre el haz con miel como hacía Asunción Llisterrri.]

Flores de borraja

Aquí tenéis una receta de la masa de crespillos con harina de maíz para que puedan disfrutar de este dulce todo el mundo.

El maíz es una variedad que mantiene Carlos Rubio en Hoz de marrón, un maíz del país que lleva en la familia más de un siglo, lo plantaba ya su bisabuelo. Una variedad de los muchos que había en Cantabria, se utilizaba para ser soporte a las alubias y luego para hacer harina y poder comer la -torta- (la torta era el plato principal). La planta es alta lo que la hace muy interesante para las alubias. Las mazorcas o panojas son de tamaño medio, muy uniformes, el grano es pequeño y el color varía del amarillo al naranja. Al no ser un maíz híbrido tiene mucha heterogeneidad en el color, no tanto en la forma.

El maíz es un cultivo cultural y social de primer orden en Cantabria, tuvo un papel importante y quizás sea uno de los cultivos más importantes y que mayor arraigo ha tenido en los dos últimos siglos en los pueblos cántabros.  

Maíz del país de Hoz de Marrón. La Mi Huertuca.

CRESPILLOS DE LA VIRGEN DE MARZO

Ingredientes

  • Hojas de borraja, una cesta.

Para la masa

  • Zumo de naranja, 1 unid.
  • Anís en grano, 2 c. s.
  • Agua 3 dl
  • Azúcar panela, 50 gr.
  • Huevos, 3 unid.
  • Gaseosas El Tigre, 2 unid.
  • Harina de maíz de Hoz de Marrón, 200 g
  • Aceite virgen extra Negral, Verdeña y Alquezarana de Bierge, 1/2 L

Elaboración

  1. Lavar las hojas de borraja, escurrir y dejar las hojas sobre un paño para secar.
  2. Preparar un cocimiento con el anís en grano y el agua.
  3. Poner en un bol el zumo de naranja, los huevos, el azúcar, el agua de anís y mezclar bien, incorporar la harina poco a poco y por último las gaseosas, mezclar y dejar reposar 1 hora la masa.
  4. Pasar las hojas de borraja por la masa y freírlas en el aceite de oliva por ambos lados. Dejar enfriar los crespillos, pasar por un plato de anís y otro de azúcar y colocar en una fuente.
  5. ¡¡Buen provecho y feliz día de la Virgen¡¡

Comentario

La elaboración de los crespillos es un rito que muestra el inicio de un nuevo ciclo, cinco días después del equinoccio de primavera, donde la fecundidad se muestra en forma de rito, evidencia y convivencia entre lo pagano y lo espiritual, por un lado, la preñez de las oliveras y por otro la anunciación del Arcángel Gabriel a María de su hijo 9 meses más tarde.

Aragón guarda una bella relación con el cultivo, consumo y tradición con la borraja, el crespillo es fruto de la sabiduría humana, es sinónimo de la complementariedad y magia que se produce cuando los hombres y mujeres están en armonía y total reconocimiento a la tierra.

En toda sociedad rural, se pone de manifiesto lo sagrado y lo profano y este dulce es una muestra de ello. Nuestros antepasados hacían uso y provecho de las hojas para elaborar los exquisitos e inéditos crespillos.

Curiosamente en las hojas hay mayor presencia del ácido gamma- linolénico y además no se hierven salvo una vez pasadas por la masa las hojas, se fríen durante unos segundos en aceite de oliva virgen extra. Probablemente estaremos ante uno de los dulces más saludable del planeta tierra.

Cultura del planeta y educación en las aulas y en las casas para mantener viva esta tradición secular. No dejar perder la identidad de los pueblos es la mayor victoria de la humanidad si tiene intenciones de salir airosa en esta sociedad global.

 

                     Cambiando el hábito de comer, cambiamos el mundo.

 

 

Sin comentarios

Lo sentimos, el formulario de comentarios está cerrado en este momento.

Translate »