28 Ene FINCA MARÍA LUISA -EL PARAISO, EN COMILLAS-
Resulta estremecedor ver como coloniza la bazofia de la comida basura en Europa, los jóvenes se arrodillan ante ella y paralelamente los países con historia se rinden ante las excentricidades de una potencia sin tradición y sin memoria gustativa.
Finca María Luisa.
Afortunadamente en Cantabria hay un lugar donde el paraíso existe, la Finca María Luisa es uno de esos rincones donde el tiempo y la conexión con la naturaleza es una realidad, se encuentra dentro del Parque Natural de Oyambre. En este bello lugar están concienciados que el sabor constituye la manera de ser y es la esencia de los hábitos alimenticios conformados durante generaciones. Su propósito no es otro que el mantener y salvaguardar la identidad y cultura hortícola de la huerta cántabra.
Cultivo de alubias.
Si nos detenemos un instante, observamos como el arte del comer contempla cómo el mundo gira, e inversamente proporcional a su dirección constata como desaparecen aspectos que dan sentido a la vida y satisfacción al paladar.
En la finca María Luisa las cosas funcionan como lo han hecho toda la vida, equilibrio e integridad en cada acción de sus protagonistas, en la actualidad Javier, Rafaela y Federico son la fuerza de este bello proyecto donde el manejo ecológico es la razón de ser. Podrán pensar que es una carga, pues no es así, es una forma de entender y de concebir la vida.
Son tres generaciones las que ya son parte de la historia en la finca María Luisa, en sus inicios era la ganadería el motor de desarrollo y luego su terreno ha pasado a dedicarse a la producción de hortalizas, legumbres y maíz ecológico.
Cultivo de alubias, variedades de porte bajo.
El año 2011 hubo una reconversión en la finca, desde esa fecha se orientó al uso exclusivo para huerta, el terreno tiene orientación sur, es propicio para hacer de este lugar una huerta exuberante, las condiciones climáticas también lo son y su proximidad a la costa le dotan una frescura y matices de gran interés para las plantas.
La diversidad de especies que se cultivan son muchas y se trabaja por la recuperación de variedades locales, entre ellas; carico montañés, la alubia blanca de riñón de casar de Periedo, la alubia azul de Molleda, alubia de Ruiseñada, alubia amarilla de La Revilla y el negrito o frijol de Pesués. En lo que concierne a hortalizas una gran variedad de pimientos, cebollas, calabazas, tomates, berenjenas, remolacha, acelgas, berzas y patatas. Dentro de la finca también hay producción de manzanas, higos y aguacates.
Cinco variedades de alubias locales. Caricos, moritos, amarillas, azules y de riñón.
La finca ofrece visitas y actividades individuales, a grupos y también a niños, el formato es acercar e interactuar las personas con el manejo de la tierra y el cuidado de las plantas.
Y para satisfacción de los visitantes, está la posibilidad de comprar hortaliza y alubia recolectada en la finca.
Aquí tenéis una de las recetas que ofrecen en la finca a los consumidores de sus alubias.
Carico montañés.
CARICOS AL ESTILO DE LA FINCA MARÍA LUISA
Ingredientes para 2 personas
- Caricos, 200 gr.
- Puerro blanco, 1 trozo.
- Zanahoria, 1 unid.
- Pimiento, un poco.
- Ajo, 1 diente.
- Laurel, 1 hoja
- Pimentón dulce, 1 cucharadita.
- Aceite virgen extra variedad “Verdeña, Negral y Alquezrana” de Bierge, 1 dl.
- Cebolla blanca, 2 unides si son pequeñas.
- Cayena en polvo, una pizca
- Sal de Naval.
Elaboración
- Poner a remojo la alubia la noche anterior.
- Al día siguiente se pone la alubia junto con las verduras limpias y lavadas a cocer a fuego fuerte durante 10 minutos. Luego se baja el fuego y cocer lentamente por espacio de 2 horas.
- Por otro lado, picar la cebolla y pochar con un chorrito de aceite durante 20 minutos. Cuando este pochado se pone en un vaso y se tritura.
- Incorporar la cebolla a las alubias cuando lleven una hora y media de cocción a fuego suave. Añadir una pizca de cayena y terminar cocción.
- Poner a punto de sal y servir.
- ¡¡Buen provecho¡¡
Comentario
La finca esta bendecida, reúne tantas cosas y tan buenas que, al entrar en ella, parece que uno cruza el umbral de ese lugar donde nunca debiéramos haber salido, y créanme que luego cuesta volver a la dura realidad. Recuerdo a Zygmunt Bauman esta frase -cualquier cosa que suceda tiene su importancia, debe importar-. Cierto es que deberíamos empezar a tomarnos en serio el efecto contrario que ha tenido la intromisión del lucro en la mesa y como consecuencia en el desamparo del sabor y el paladar.
Rafaela en la finca.
Gracias a la finca María Luisa, uno retorna a la virtud de la mesa y la grandeza de los cinco sentidos.
Cambiando el hábito de comer, cambiamos el mundo.
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