JUDÍA FRANCESA DE LA PORTELLADA

JUDÍA FRANCESA DE LA PORTELLADA

Otro ejemplo de judía que es un verdadero hallazgo. Coincide el producto pero el nombre local que las define es diferente, estoy hablando de la  “judía francesa de La Portellada”. Esta variedad de judía guarda un gran parecido a las judías que aparecen en el libro que editó el Gobierno de Aragón desde el CITA (Variedades autóctonas de Legumbres españolas) “alubia tripa de conejo de la Codoñera” y la “parda tripa de conejo de Alcorisa”. Son todas judías muy espectaculares por la forma y apariencia que toman las vainas cuando estan maduras.

buena-2 Judía francesa madura

buena-3 Judía francesa tierna

Victor Vidal un hombre observador y apasionado por las semillas me contó hace unos pocos días que esta judía tiene un potencial tremendo para consumo en fresco. Su afirmación es totalmente cierta, las vainas jóvenes y tiernas son un espectáculo de terneza, sabor, textura y excelentes sensaciones palatales.

buena-1 Victor Vidal con judías tiernas francesa en su mano izquierda y un ejemplar de judía francesa madura en su mano derecha.

JUDÍA FRANCESA DE LA PORTELLADA AL ESTILO TRADICIONAL

Ingredientes

  • Judía francesa de La Portellada, 600 gr.

  • Patatas variedad “Kenebec” de Chia, 4 unidades pequeñas.

  • Aceite virgen extra variedad “Alquezarana” de Bierge, 1 dl.

  • Ajos de Sariñena, 4 dientes.

  • Sal de Naval.

Elaboración

  1. Limpiar las judías, lavar y hervir en agua sazonada. En 5 minutos están listas. Refrescar y reservar.

  2. Pelar las patatas, cortar en mitades y cocer.

  3. Pelar los ajos y cortar en láminas. Saltear con el aceite hasta que tomen un poquito de color, añadir la patata y las judías. Saltear todo junto y poner a punto de sal.

  4. Servir las judías.

buena-5 Judías francesas salteadas

Comentario

Esta semilla y su conocimiento a través del trabajo y observación de personas comprometidas con el territorio y la salvaguarda de la cultura y valores locales, evidencian que quedan muchas cosas que aprender en torno a los tesoros que hay custodiados en el CITA. No me cabe la menor duda que nos quedan muchas cosas por descubrir dentro del Banco de semillas de hortícolas y legumbres y fantásticas sorpresas por vivir en nuestro paladares.

Que regalo nos hace nuestra tierra, ¿estaremos a la altura para entender el mensaje? pensar que ya lo conocíamos todo y nos toca ahora comprender que en la puerta de nuestra casa hay un sinfín de productos con todo un crisol de texturas, sabores, matices, y aromas, dispuestos a seducirnos y hacernos vivir momentos gastronómicos hasta ahora inimaginables.

                                                                                              Cambiando el hábito de comer, cambiamos el mundo.

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