20 Nov JUDÍAS SECAS DE LA PORTELLADA
La Portellada es un pueblo prolífico en hortícolas y variedades de legumbres. Les presento lo que en tiempos pasados fue un recurso en toda regla para el invierno. Una clara evidencia la sagacidad cuando no había otros medios de conservar las viandas que no fueran los tradicionales como la sal, el sol o el aceite. Por otro lado la sabiduría de conocer que variedad de judía era la más propicia para poder secar con vaina cuando estaba fresca muestra el saber hacer de las personas del medio rural aragonés.
Judías secas de La Portellada
Judías secas o tabillas era un recurso que un buen número de pueblos y con cerca de media docena de variedades a lo largo de toda la geografía aragonesa servía para cambiar el menú en los meses de invierno y presentar en la mesa otra curiosidad del extenso y variado Patrimonio Alimentario que posee la Gastronomía Aragonesa.
JUDÍA SECA CON SOFRITO DE CEBOLLA
Ingredientes
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Judía variedad “Seca” de La Portellada, 1 rosario.
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Cebolla morada o blanca, 2 unid.
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Aceite virgen extra variedad “Verdeña” de Bierge, 1 dl.
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Sal de Naval.
Elaboración
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Retirar los hilos de las judías y poner en agua fría a cocer las judías secas.
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Añadir agua durante la cocción si es necsario.
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Aparte hacer el sofrito con la cebolla en juliana.
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Una vez están las judías secas cocidas, alrededor de 50- 60 minutos, escurrir del agua y reservar.
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Incorporar las judías sobre el sofrito de cebolla y saltear todo junto un par de minutos. Poner a punto de sal.
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Emplatar.
Judías secas con sofrito de cebolla
Comentario
Plato inédito y de sabor hasta ahora desconocido al igual que la textura de las judías secas después de estar cocidas.
Mari Celma Puell me cuenta esta receta que les presento para mostrarles que una vez más hemos dado la espalda al campo y nos perdemos infinidad de cosas extraordinarias de nuestro pasado. Sencillez, sabor y una agradable sorpresa el hacer y probar esta receta.
Me siento afortunado por llegar a degustar sabores que han formado parte de nuestros antepasados y que algunos de ellos son un verdadero tesoro de nuestra gastronomía.
Mari Celma Puell
Cambiando el hábito de comer, cambiamos el mundo.
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