LA CENA DE NOCHEBUENA

LA CENA DE NOCHEBUENA

Con la llegada de Nochebuena terminan los días de Adviento, de esperanza, de llegada, de venida, de preparación espiritual para la celebración del nacimiento de Jesucristo el día de Navidad. Durante estos días el reencuentro de la familia y el compartir en la mesa adquieren un protagonismo especial.

Recordar cómo se vivía las Navidades años atrás es pensar que nuestro pasaje en la vida es una oportunidad para buscar la armonía y el camino sagrado hacía la tolerancia, el reconocimiento y la aceptación de todas cuantas formas de expresión se pueden dar en cualquier parte del planeta.

Nabos de Yosa de Sobremonte.

La Nochebuena simboliza un día de depuración y limpieza, se adecentaba la casa de arriba abajo, se encendía un buen fuego y se bendecía. Las mujeres hacían gala de su buen hacer en la cocina y preparaban los platos tradicionales vinculados a esta fecha. Las aves se criaban con todo el mimo para estos días, para guisarse con esmero y levantar el alma de los comensales, se seleccionaban las judías de mayor reconocimiento para disfrutarlas la Nochebuena. Los pastillos, farinosos o empanadones de espinacas o calabaza hacían las delicias de todos los presentes. Los postres eran un verdadero lujo, algunas casas tenían la pericia de conservar un melón de guardar hasta la Navidad y hacía las delicias niños y mayores, sino las frutas pasificadas, higos, orejones y uvas satisfacían a los comensales. Para la tertulia se dejaba el turrón de guirlache o las almendras tostadas, acompañadas de mistela o el poncho.

Comparto esta receta tradicional del Alto Gállego, Bernardino Gil me la nombraba en numerosas ocasiones cuando investigaba sobre la identificación de los nabos que hablaba Ignacio de Asso en su obra, “Historia de la Economía Política de Aragón” 1798.

Boliches rojos o colorados de Aratorés.

Es memorable poder constatar como Bernardino Gil a sus 88 años y Mari Cruz Lalaguna con 86 años, todavía mantienen el cultivo de los nabos. Es admirable el arraigo y la certeza en conservar las tradiciones de nuestros mayores, estos días atrás me confirmaban que ya habían comido nabos en varias ocasiones. Verdaderamente es una evidencia que el ser humano graba con mayor contundencia la cultura gastronómica que cualquier otro aspecto de las tradiciones.

Bernardino natural de Escuer, subió a casa de un familiar con 11 años a Yosa de Sobremonte y ya nunca se fue de Yosa de Sobremonte. Bernardino junto a su mujer han custodiado esta semilla durante toda su vida y hoy bien entrado el siglo XXI contamos con su testimonio. En el valle de Tena y la Val de Gavín se dejaron de sembrar hace varias décadas, pero este matrimonio ha conservado la cultura hasta nuestros días. Bernardino bajaba la víspera de Nochebuena a Biescas para repartir nabos.  Me hacía saber Bernardino que cuando llegaba todo el mundo decía “ya está aquí Bernardino, el de los nabos”.

Visita a Bernardino a buscar semilla de Nabos. Verano de 2019.

Cuando abandonamos la cultura gastronómica construida durante siglos, estamos a las puertas de la pérdida de lo más sagrado, de aquello que nos hace más humanos «el alimento», elemento indisociable del nexo entre la identidad y el territorio. Es la constatación de la alineación y dependencia de la sociedad actual.

Disfruten de esta sencilla receta, que tiene todo lo que debe buscar un plato ilustre o un ilustre plato; sabor, sostenibilidad e identidad cultural.

 

BOLICHES DE ARATORÉS CON NABOS DE YOSA DE SOBREMONTE

Ingredientes

  • Boliches de Aratorés, 330 gr.
  • Nabos de Yosa de Sobremonte, 250 gr.
  • Aceite virgen extra-variedad “Verdeña, Negral y Alquezrana” de Bierge, 1 dl.
  • Sal de Naval.

Elaboración

 

  1. Poner los boliches a remojo durante 8 horas.
  2. Cambiar el agua y poner a cocer partiendo de agua fría, asustar en dos o tres ocasiones con agua fría y cocer a fuego suave durante 60-70 minutos.
  3. Limpiar los nabos, lavar y cortar al gusto. Añadir a los boliches a mitad cocción junto con un buen chorro de aceite de oliva.
  4. Rectificar de sal y emplatar.
  5. ¡¡Buen provecho¡¡

Comentario

Esta elaboración tan arraigada tiempo atrás, es fruto de una sinergia sublime entre las judías y los nabos. En muchas familias del Alto Gállego fue costumbre comer judías con nabos el día de Nochebuena por el meritorio sabor del plato

Estamos cambiado y homologando la mayoría de las tradiciones culturales y gastronómicas, ¿Cuándo nos vamos a dar cuenta de ello?

¡¡Feliz Navidad¡¡

                     Cambiando el hábito de comer, cambiamos el mundo.

 

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