21 Mar -LA HUERTA CÁNTABRA- UN VERGEL POR DESCUBRIR
Cantabria históricamente ha sido territorio de ganado, la huerta siempre tuvo un plano secundario, en la actualidad algo está cambiando y el nexo entre la huerta y el ser humano está tomando mayor protagonismo.
Semillas de pimiento.
Algo tendrá que hacer la sociedad de este país si quiere recuperar el acervo cultural hortícola y el sabor en la mesa. Para ello deberá redimir el desprecio y hasta la mofa a la que ha sometido a las personas que han dedicado su vida a cultivar la tierra para dar de comer a sus congéneres. En la actualidad encontrar hombres y/o mujeres que quieran dedicar su vida al cultivo de la tierra es tarea difícil, incluso hasta la formación de personas jóvenes no cuenta con un plan educativo adaptado a las necesidades de cada región española.
En la actualidad dar con personas como Diego González, hijo y nieto de agricultores que sigue la senda de su familia y mantiene la sabiduría hortícola de sus progenitores para sacar adelante su proyecto Eco-Tierra Mojada es una satisfacción enorme. Conversando con Diego uno percibe que esta frente a un hombre comprometido con su tierra, convencido de la ecología, sensible con la sostenibilidad y con una visión integral y real de lo que acontece en la vida y en la huerta.
En Cantabria, la huerta colindante a la costa posee unas condiciones climatológicas únicas, rara vez se baja de 0º grados y tampoco se pasan valores extremos en verano, tierra muy fértil y el agua es muy abundante. Aspectos todos ellos que muchos quisieran tener para sí. Recomendable un invernadero o túnel de plástico para hacer frente cuando llegan muchos días intensos de lluvia.
Llama la atención ver la cantidad de prados existentes y el escaso número de huertas activas, lo que debería hacernos pensar de donde viene toda la hortaliza que se come en las casas y establecimientos de comidas, (aunque este dato es extrapolable al resto de España). En este análisis coincidíamos con Diego además de vislumbrar que no pasarán muchos años para que llegue una reconversión de la tierra de los prados en huertas en ecológico, los tiempos lo demandan y la sociedad ya empieza a estar muy cansada de comer hortalizas con escaso o nulo sabor.
Resulta una contradicción, tener unas condiciones tan excepcionales para cultivar hortalizas y tener que depender de terceros para consumirlas de cientos o miles de kilómetros de distancia. Dato que muestra la vulnerabilidad de muchos territorios y de la sociedad que vive en ellos ante el modelo alimentario instaurado en las últimas décadas.
Diego González en la huerta Eco-Tierra Mojada de Maoño.
Otro de los aspectos que vanagloria la labor de Diego es el uso de variedades tradicionales para salvaguarda de la cultura hortícola local, aspecto que muestra su fervor por la soberanía alimentaria y el concepto de una sinergia clara con su tierra.
Señalo un ejemplo que muestra con total evidencia el paradigma de la huerta cántabra. Diego cultiva pimientos de una variedad tradicional heredada de su familia, desde junio hasta final de enero ofrece pimientos con todo el sabor y con la garantía de una producción sostenible y local.
En pocos lugares de España puedes consumir pimientos de esta calidad, durante tantos meses y con un impacto ambiental tan escaso en el territorio donde se produce. Una verdadera muestra de lo que significa la sinergia entra la tradición, la investigación y la innovación para hallar caminos hacía la sostenibilidad y acabar con el uso desmesurado de las energías fósiles.
Si de verdad se quiere cambiar el modelo alimentario para hacerlo sostenible, justo y sabroso, debe empezar por un cambio personal interno para que luego transcienda fuera; “que viajen las personas y no los alimentos”.
ENSALADA DE PIMIENTOS Y ANCHOAS
Ingredientes
- Pimiento variedad “de Isla” de Eco-Tierra-Mojada, 1 unid.
- Anchoas del Cantábrico de Conservera Laredana, 1 lata Serie Oro.
- Alcaparras de Ballobar de Molina de Caspe, 1 docena.
- Aceite virgen extra variedad “Verdeña, Negral y Alquezrana” de Bierge, 1/2 dl.
- Sal de Naval.
Elaboración
- Lavar y cortar el pimiento en rodajas.
- Colocar de forma armoniosa en el plato el pimiento y acompañar con las anchoas.
- Sazonar, decorar con las alcaparras y aliñar con aceite o salsa vinagreta.
- ¡¡Buen provecho¡¡
Comentario
Pimientos de verdad, que no guardan uniformidad ni patrones que pasan de moda, pero que mantienen todo el sabor, la esencia de la tierra y la personalidad de la tradición.
El pimiento llegó de América y se adaptó de manera prodigiosa a toda la geografía de nuestro país. En las últimas décadas nos han querido hacer creer que se puede comer todo el año, producirlo en un solo lugar y luego crucificarlo en viajes interminables hasta llegar a nuestra mesa, mientras vemos las huertas tradicionales quedarse huérfanas, perderse las semillas que se habían pasado de generación en generación y acabar con la estacionalidad del alimento y toda la cultura construida durante años.
Cambiando el hábito de comer, cambiamos el mundo.
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