06 Dic NABOS DE PATAS DEL VALLE “VEGA DE LIÉBANA”
El cultivo y consumo de nabos fue generalizado en numerosos pueblos de la Comarca de Liébana.
Pascual Madoz en el Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico señaló las siguientes localidades donde el cultivo de nabos destacó en la comunidad Cántabra; Barago, Bustablado, Caldas, Cícera cerca de Lebeña, Laredo, Matamorosa, Nestares, Rábago cerca de Abanillas, Valle de Cabuérniga y Vielva Municipio de Herrerías.
La semilla y variedad de nabo que se mantiene activo en el municipio de Vega de Liébana procede de Toranzo, Teodora González ha cultivado durante décadas esta singularidad para que su hijo mantenga la tradición en torno a esta variedad de nabo local.
En el Valle de Vega de Liébana dicen que los nabos tienen que ver agosto, por lo que la siembra tiene lugar para San Lorenzo o días próximos. El nabo no es una planta que requiera grandes cuidados, es una hortaliza rústica que hasta la recolección merece poca atención. En función de la orientación de la finca y de los fríos, los nabos aguantan más la temporada o es más corta. La recolección se extiende desde diciembre hasta marzo.
Los nabos se sacan del surco o era y se limpian bien de la tierra, se guardan con las raíces para que no pierda humedad y antes de su huso en cocina se deben dejar “liciar” arrugar durante una o dos semanas. Los hortelanos locales recomiendan no comer fresco, es mejor dejar pasar unos días.
Hay una receta tradicional que me transmite Angélica Martínez Prado de Valmeo, que lleva el nombre de “cocido de nabos”. Que ustedes disfruten de su lectura y se animen a realizarla. Ya conocen el refrán, “El saber no ocupa lugar” pero saber y experimentar es un paso mayor para comprender el relato que comparto y poder así dar el valor que merece al mantenimiento y papel que desempeña cada elemento que interactúa en el patrimonio alimentario de un territorio.
COCIDO DE NABOS
Ingredientes
- Nabo variedad “De patas de Liébana”, 5-7 piezas.
- Huesos de espinazo de latón, 2-3 huesos.
- Huesos de pique de latón, 6-8 unidades.
- Magra de cerdo, 300 gr.
- Tocino de latón, 200 gr.
- Chorizo de latón, 500 gr.
- Pan duro para las migas, 300 gr.
- Aceite virgen extra variedad “Verdeña, Negral y Alquezrana” de Bierge, 3 dl.
- Sal de Naval.
Elaboración
- Poner a remojo los huesos de espinazo salado y el tocino la noche anterior.
- Retirar la tierra de los nabos, pelar y cortar en forma de gajos de gran tamaño. Lavar y reservar.
- Poner a cocer los huesos de espinazo, los huesos de pique, el tocino, la magra de cerdo y el chorizo y cuando hierva el agua incorporar los nabos. Dejar cocer por espacio de unas 3 horas.
- Retirar las carnes a medida que estén hechas. Colar el caldo y reservar los nabos en un poco de caldo.
- Hacer las migas de pan y verter sobre un bol o tartera de barro, mojar con el caldo y dejar que se empapen bien las sopas. Poner en el horno alrededor de 20- 30 minutos. Las sopas de pan debe de tostarse y quedar crujientes en la superficie.
- Servir en este orden; primero las sopas, luego los nabos y por último las carnes.
- ¡¡Buen provecho¡¡
Comentario
Doy gracias a la vida, al creador, por poder vivir este tipo de experiencias que pasan una parte de ellas por el estómago.
Carlos Martínez me suministro los nabos y Angélica Martínez esta receta popular que forma parte del Patrimonio Alimentario de Cantabria.
Con toda probabilidad está tierra influenciada por el Monasterio de Santo Toribio de Liébana y de todas sus ermitas o eremitorios se han nutrido de esta maravillosa elaboración en la que tres alimentos como el pan, los nabos y la carne de cerdo propiciaban un sinfín de platos.
Cambiando el hábito de comer, cambiamos el mundo.
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