16 Abr PATRIMONIO ALIMENTARIO
PATRIMONIO ALIMENTARIO, EL QUE SE DISFRUTA CON LOS 5 SENTIDOS.
Del modo como un hombre piensa así nutre la tierra donde vive. Comprender que la realidad del presente es fruto de las acciones pasadas y que los deseos de un futuro mejor se construyen con la responsabilidad del instante presente, debería enseñarnos que las cosas se cambian empezando por un cambio personal en la forma de concebir el discurrir de la vida.
La sociedad ha creado leyes donde se habla largo y tendido de lo que significa el Patrimonio Cultural para un territorio y las consecuencias que se derivan de su expolio, pérdida, etc….
De forma generalizada cuando se habla de Patrimonio Cultural o Patrimonio Histórico se piensa en monumentos, museos, costumbres, lenguas, etnografía,… Desgraciadamente muy pocas veces son las que se reconoce al Patrimonio Alimentario, (semillas hortícolas, legumbres, cereales, árboles frutales, toda la biodiversidad y variedad vegetal y animal que ha conformado y nutrido un territorio a lo largo de la historia).
Que mejor monumento para un territorio el que ofrece el Patrimonio Alimentario para los hombres. Una variedad de semilla adaptada aun territorio, ofrece unos parámetros organolépticos en total armonía con la tierra, está llena de sabores, fragancias, olores y matices inéditos. Una variedad hortícola, contribuye al mantenimiento de un territorio y a la salvaguarda de toda la cultura ligada al manejo de ese producto. La situación actual es consecuencia de las acciones del pasado y es evidente que el Patrimonio Alimentario, único que se puede disfrutar con los cinco sentidos, se ha desatendido y desprotejido por múltiples realidades y eso ha tenido un impacto brutal sobre la conservación y mantenimiento del Patrimonio vegetal y el Patrimonio animal. El hombre debe tomar consciencia y responsabilidad para contribuir al desarrollo sostenible y el mantenimiento del orden en el planeta en beneficio propio y de las generaciones que nos precedan.
Colección de judías locales en la Comarca del Sobrarbe (Huesca).
Con un vistazo podemos observar la irresponsabilidad en como se construye la actual sociedad y su modelo de alimentación en el que sólo es importante el Patrimonio especulador para sacar más beneficio. La incoherencia y especulación productiva está por encima del interés social, popular, medioambiental, gastronómico, cultural, etc….Este desorden está generando una situación terrible en todo el planeta, además de no contribuir a acabar con el hambre en el planeta tierra está comprometiendo el mantenimiento de los Patrimonios Alimentarios Locales y lo que significaría si esta riqueza cultural desapareciera para siempre.
La clave para revertir esta situación está en construir una sociedad con el soporte de los valores universales; fraternidad, colectivo, igualdad, amor, comprensión, rectitud, …»la verdad sublime es la verdad de la consciencia».
Anselmo Marzo, octogenario y uno de los contados mantenedores de los nabos de Mainar.
Es una necesidad de primer orden priorizar el Patrimonio Alimentario Local como seña de identidad y mantenimiento de los territorios para recuperar la felicidad y poder reencontrarnos con los verdaderos sabores y olores que la naturaleza ha creado de forma natural. Hallar fórmulas para la vertebración de las zonas rurales, el mantenimiento de los territorios y la salvaguarda de la cultura ligada al conocimiento de los agricultores sobre las semillas es una responsabilidad social que debe asumir el ser humano.
Alguien puede imaginar que se llevan de su pueblo los monumentos, (iglesia, castillo, museo, etc…) este hecho parecería más propio de una guerra o tratarse de un sueño. Lamentablemente eso es lo que está pasando con las semillas y la generación de personas que conoce la cultura hortícola. Las semillas hay que mantenerlas vivas y las personas que nos dejan no tienen relevo generacional con lo que las semillas y toda la cultura que está ligada a ellas se pierden y desaparecen para siempre.
Lote de semillas recuperadas para el Banco de Germoplasma de Hortícolas del CITA de un hortelano jubilado de Maella.
Esta situación parece que solo importa a unos pocos, pero la realidad en este mundo globalizado es que todos estamos en el mismo barco y cuando parte del patrimonio vegetal desaparece una parte de nosotros desaparece, es una muestra evidente de una gran irresponsabilidad de la sociedad actual, ademas de parecer no haber comprendido que mientras sigamos desatendidendo al campo y al Patrimonio Alimentario, el proceso seguirá haciendo lo propio con nosotros.
Hay colectivos, personas que están actuando para revertir esta situación, ¿y tú?
Las zonas rurales necesitan el reconocimiento de las zonas urbanas, en este mundo global todo esta conectado con todo y las cosas se tienen que empezar a construir con un soporte diferente y el momento de hacerlo es ahora, lo pasado no cuenta, seguir en el mismo camino es no haber entendido nada.
El Patrimonio más humano, el que nos hacer ser más felices, el que se puede disfrutar con los cinco sentidos, el que debemos mantener para que esté entre nosotros, el que nos conforma una cultura propia es el Patrimonio Alimentario.
Azafrán del Jiloca, tuvo un pasado explendoroso en la Comarca del Jiloca. En la actualidad la producción es escasa pero tiene todo el reconocimiento social para poder volver a recuperar su explendor.
Que gozo es poder visitar un lugar, reconocer la gente que allí vive, conocer su Patrimonio Cultural y disfrutar de su Patrimonio Alimentario producido en su territorio. Vivir, sentir estó, es vincularse con la expresión de un territorio a todos los niveles.
«Cambiando la forma de comer, cambiamos el mundo»
El mundo actual se olvida que la vida se nutre de oxígeno y alimento. El estado y cualidad de ellos dependen del pesamiento que tenemos sobre ellos.
JOAQUIN COLL
Posted at 17:16h, 16 abrilGracias Ismael.
Somos muchos los que pensamos como tú, pero aún somos pocos.
José Ramón
Posted at 09:00h, 18 abrilLa verdad es que entre la globalización y el afán por sacar el mayor partido económico esta destruyendo la riqueza que, aun, se disfruta en las zonas rurales, en peligro eso si, cuando doy un paseo por los campos de Monreal del Campo se ve a los abuelos trabajar sus huertas con gran vitalidad, la pena es que se ven a pocos nietos, en el campo pasa un poco de lo mismo.
Pero mas problema que lo nombrado creo que está en la poca educación que reciben los mas pequeños en cuanto a que y como deben de comer, la nutrición y y el conocimiento de los buenos alimentos debía de ser una asignatura imprescindible en su educación para generar unos valores del buen comer y el respeto a los productores en origen para disponer de los mejores productos.
Enhorabuena por tu blog y la defensa de estos valores.