V FORO NACIONAL DE TURISMO Y DESPOBLAMIENTO RURAL 

V FORO NACIONAL DE TURISMO Y DESPOBLAMIENTO RURAL 

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El V Foro Nacional de Turismo y Despoblamiento Rural es una acción de gran valor por lo que significa para el territorio rural a nivel nacional. Gran participación de asociaciones del País Vasco, Asturias, Aragón, Castilla y León y La Rioja para reflexionar y consensuar ideas y decisiones.

3 días de trabajo, en 3 lugares distintos, para trabajar en habilidades de gestión de los establecimientos rurales, conocer experiencias de otros territorios y enfocar en los aspectos clave para atender a los clientes y ver las fortalezas que solo el Turismo Rural puede ofrecer de manera única a los clientes.

El mundo rural y los establecientes de Turismo Rural, son un valor esencial dentro del turismo, fortalecen y conectan a las personas con la naturaleza, por lo tanto, nutren de vida a todos aquellos que se acercan a esta forma de entender el turismo. Es un modelo empresarial indispensable para la vertebración, la sostenibilidad y la felicidad de las personas. Apostar por el Turismo Rural es comprometerse y responsabilizarse del cuidado de los pueblos, y de ser parte activa del equilibrio entre pueblos y ciudades.

Jesús Blanco, Presidente del Observatorio de Políticas Turísticas y Rurales me invito a participar en una de las ponencias y le agradezco su llamada para hablar de “LOS SABORES Y OLORES DE LOS PRODUCTOS LOCALES EN GASTRONOMÍA”

Reflexiones e ideas de mi conferencia en Treceño.

¿Dónde estamos?

Hemos perdido el instinto de fundirnos en la naturaleza. ¿Quién tiene la culpa de que el ser humano haya decidió cambiar todo lo dispuesto por el creador?

La profesora María Montessori expresaba. “Todo el mundo habla de paz, pero nadie educa para la paz, la gente educa para la competencia y este es el principio de cualquier guerra” Yo comparto, “Todo el mundo habla de cocina, pero nadie educa para el sabor”

El 95 % de los alimentos especialmente de verduras, legumbres y cereales se importan.  Un dato para considerar. España es el 1º productor de alimentos ecológicos de Europa, el 6º del mundo y en proporción en cuanto al consumo de alimentos ecológicos es de los últimos países de Europa.

El mercado ha borrado la estacionalidad de nuestro imaginario. Nos han hecho creer que puede haber de todo en cualquier época del año, venga de donde venga. No se equivoquen, el sabor, el olor se genera en el mundo rural, el fermento de la buena cocina comienza en la tierra, la diversidad de las cocinas y la cultura gastronomía se construye a lo largo de generaciones. Hoy estamos mezclando todo con todo y así nos va.

¿Qué nos inspira? 

Todo el mundo tiene o debe tener objetivos en la vida.  ¿La pregunta es cuál?

El objetivo de esta ponencia nos da dirección y nos permite por la decisión tomar elecciones. Ser más conscientes en nuestra vida nos permite tener una visión mayor de lo que acontece a nuestro alrededor y lejos de nosotros para poder saber que posición tomar. Las personas tomamos decisiones para construir el presente y futuro. La pregunta es ¿que presente y futuro en lo que concierne al alimento quiero?

Las semillas están dispuestas en la naturaleza para mantener la vida de las personas, no para enriquecer a unos pocos. Los frutos de las semillas pueden resistir y luchar contra enfermedades de manera efectiva. Hoy parece que buscamos la enfermedad para encontrar después el milagro.

¿Hay formación en el sistema educativo?

Lo que hay es en nuestro país cada vez más dependencia y vulnerabilidad frente al alimento. En definitiva, si lo querían conseguir lo han logrado la aculturación alimentaria campa a sus anchas.

La cocina el arte compartido

El Turismo Rural se puede diferenciar por ofrecer platos con más sabor, y si el ser humano es consciente puede nutrir la memoria de la tierra por esa ofrenda que le da a su paladar. El Turismo Rural tiene que ir por delante, ese es un aspecto vital que marca diferencias ante el turismo de masas.

Yo entiendo la cocina, como el éxito compartido. ¿Que quiero decir con esto?

Hay cientos de proyectos, ideas, colectivos para cambiar las cosas, pero cada uno va por su lado. Nadie, salvo excepciones, es humilde y da el paso para juntar esfuerzos y ver de qué manera trabajar juntos.

No nos damos el tiempo ni la confianza en conocer y exaltar lo que nos rodea y si hay algo que corregir expresarlo públicamente, hay miedo y falta cultura del patrimonio alimentario local. Ese déficit crea complejos e inseguridad, pero eso se puede reconducir.

Perder la cocina tradicional, es el mayor error que hace el ser humano y tiene consecuencias negativas que el Turismo Rural debería apoyar y reconducir.

¿Quién dirige el tráfico?

Todo el mundo quiere salir en la foto. Hay centenares de acciones que desde las administraciones públicas promocionan al sector de la alimentación, hostelero, gastronomía, cocineros, centros de investigación que estudian la cocina, bibliotecas con áreas repletas de libros de cocina, cursos de cocina en todas partes, críticos de gastronomía y decenas de escuelas de FP en todo el territorio español.

¿Es así o no?

Pero la pregunta que cada uno debe plantearse todas las mañanas. ¿Sabemos de dónde vienen las cosas?

Riesgo de aculturación, esta si es una referencia.

Hacer lo que uno quiere no es sinónimo de libertad, libertad es cuando en consciencia sabemos elegir.

Hemos perdido el instinto de fundirnos en la naturaleza. Nos podemos preguntar ¿porque el ser humano ha decidido cambiar su relación con el planeta?

Para proteger la naturaleza, la huerta, el campo, debemos entenderla. Esta es la que nos da de comer a todos. Miramos al campo como un lugar de ocio y este nos necesita, es imprescindible que el ser humano interactúe. La pregunta es ¿Cómo lo hace?

El planeta es un ser vivo, no es un pañuelo de usar y tirar. Cada acción tiene un impacto sobre el planeta. El equilibrio en el planeta se perdió en el último siglo, el mundo globalizado ha desbaratado el orden y el equilibrio y los seres humanos no hemos estado a la altura.

Esencial la pureza de los pensamientos, todo está en el corazón y se construye desde el corazón. El mental y el inconsciente nos traiciona más veces y sin darnos cuenta.

No sabemos de dónde vienen las cosas, ni quien las produce, ni de qué manera. Hemos dejado en manos de otros la cultura alimentaria. En cambio, hemos dado todo el protagonismo a unos pocos cocineros, críticos gastrónomos, a la vez que la sociedad en general está dejando de cocinar. Estamos en una encrucijada que se aleja del propósito y esencia del ser humano. Ser parte de una realidad a la que debemos volver, y a la que debemos volver con humildad y reconducir muchas de las acciones. El Turismo Rural en este sentido tienen un papel clave.

Foto con la representación de socios de Turismo Rural de Huesca.

Como recuperar la memoria del planeta y el sabor en la mesa

El sabor es fruto del orden y el equilibrio. Cada cosa en su sitio y un sitio para cada cosa. Si hablamos del alta cocina, deberíamos hablar de alta agricultura. No lo veo, ¿dónde está? Hoy hay más formación en el campo que en las cocinas y las estrellas están en las cocinas, cuando hay agricultores que miran las estrellas desde hace años y están dando los mejores alimentos y nadie o muy pocos les hacen caso.

La visión de un tecnócrata es la economía y los datos en base a documentos técnicos. Es una visión alejada de la realidad de lo que significa el campo y la naturaleza. El medio natural no es una máquina y no puede regirse como tal.

A mayor número de personas que tomen consciencia de otra manera de alimentarse podemos hacer que la balanza vaya hacía otro lado. El Turismo Rural puede marcar la diferencia si apuesta por la cocina tradicional en base a la producción local.

Si estamos aquí es porque queremos un mundo consciente, quizás no sabemos cómo, pero sí que nuestra esencia, nuestro compromiso está en mejorar la calidad de los alimentos y a la vez proteger la tierra, etc, …

Abrir a la conciencia del colectivo, lo que expreso no es solo mental, es vivencial, los dos, por ello el pensamiento debe ir más allá de una idea, hay que pasar por el filtro del corazón, ahí donde el amor no miente.

Ingredientes, lugares, personas y platos

Lo que vengo a expresar, es algo que humildemente vengo escribiendo en mi blog y compartiendo en actos y tertulias. Cada uno debe ocupar su lugar, nadie es más que nadie ni menos que nadie, habitar nuestra verdadera personalidad es el mejor ingrediente para cambiar la situación de la producción y gastronómica actual. Lo que cada uno puede hacer no lo va a hacer nadie por él.

Nuestras propuestas si son meditadas, reflexionadas, sin salen del corazón no vienen a ganar ni a quitar, viene a llenar un espacio que está esperando la consciencia de personas libres que quieren hacer cosas por el colectivo humano.

Todo esto lo digo porque ha sido un error y debemos tomar consciencia de ello el creer que el modelo de producción intensivo es un error que hace aguas y muestra sus defectos desde hace unas décadas.

Personalmente estamos en un nuevo tiempo, hemos entrado en un tiempo donde la humanidad quiere cosas distintas, lo que hemos vivido a nivel alimentario y gastronómico tiene muchas lagunas.

No nos creamos más que otros, somos poderosos si utilizamos las herramientas que están en nuestras manos para ayudar a nuestra tierra.

La sociedad quiere ir a vivir a las ciudades, y el abandono de los pueblos y el mundo rural tiene consecuencias. La relación con la naturaleza se pierde en las ciudades y de forma generalizada se piensa que el campo es un lugar para ir y hacerse una fotografía es un escaparate y donde muchas veces la legislación es por parte de personas que no viven en el campo y si en la ciudad. Otro fracaso. La percepción de la vida en la ciudad es muy diferente y alejada de ese vínculo natural entre el ser humano y la tierra.

Conclusiones

Poner una mirada positiva sobre el futuro, pero salir del acomodo es la primera toma de conciencia a realizar, la segunda encarnar la responsabilidad por el colectivo humano y la tercera abrirnos a la fraternidad con los que nos rodean y los que están a miles de kilómetros.

El Turismo Rural sustentado con alimento local es el mejor ingrediente y la ecuación más digna para hacer de este modelo de turismo un modelo empresarial sostenible, vertebrador y comprometido con la cultura, con la vida y con el planeta.

La educación es la llave maestra para cambiar

  • Nuevo plan de estudios en las escuelas de hostelería.
  • Asignatura de patrimonio alimentario local en primaria y secundaria.
  • Fortalecer los oficios de hortelano, agricultor y ganadero ecológico.
  • Promover la cultura de gastronomía sostenible.
  • Gestión de los centros públicos, priorizar la compra de alimentos locales.
  • Fomentar la cultura gastronómica popular o tradicional adaptada al tiempo presente.
  • Formación a los docentes en general y los profesores de la familia de hostelería y turismo.

Si no damos este paso, nadie va a comprar lo que no conoce y seguiremos tirándonos más piedras a nuestro propio tejado.

En este país, la alianza del Turismo Rural y la producción local debe reconocerse y empezar a trabajar y coordinarse conjuntamente para dejar en herencia un modelo de Turismo que salvaguarde ecosistemas que son interdependientes y que serán la mejor herencia para las generaciones futuras.  

No hay vida humana ni economía posible si no hay naturaleza. Dependemos de la naturaleza, la sociedad tiene que ser consciente y aprender a relacionarse con el territorio local empezando por la alimentación.

El Turismo Rural debe liderar el apoyo incondicional al sector primario y hacer todos los esfuerzos por recuperar el equilibrio entre personas, lugares, alimento y turismo.

 

                     Cambiando el hábito de comer, cambiamos el mundo.

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