ACELGA AMARILLA DE GELSA -ZARAGOZA-

ACELGA AMARILLA DE GELSA -ZARAGOZA-

El Ebro, aguas abajo de la capital aragonesa en su margen izquierda pasa por el municipio de Gelsa. Esta bella localidad es conocida por la colonia romana de Lepida Celsa (se localiza en Velilla de Ebro), se cree que fue una de las primeras colonias romanas que se asentaron en el Valle del Ebro.

Romanos, bárbaros, árabes, moriscos y la repoblación de la localidad por habitantes de otros territorios cristianos es la prueba de un territorio rico en historia. El Pilón de las Lebatas, el convento de las Clarisas, la iglesia de San Pedro muestra la arquitectura e importancia de esta localidad, así como los pozos de agua en el monte de los Monegros dentro del término municipal de Gelsa.

Semilla de acelga amarilla de Gelsa.

La huerta tuvo un papel importantísimo y como es habitual escribir de lo que paso en las huertas y contar historias de los que dieron de comer a generaciones enteras cuando no entraba en los pueblos un gramo de comida sigue sin importar demasiado. Norias y acequias tradicionales han dado paso a la modernización del riego para poder regar hoy más de 500 hectáreas. Tristemente donde no se ha invertido es en el relevo generacional y dar valor a la cultura hortícola, hoy son muy pocos y la mayor parte jubilados los que mantienen un rincón de huerta para abastecer de verduras y hortalizas a las familias. En Gelsa se cultivaba borraja, cebollas, acelgas, habas, judías tiernas y ensaladas, hoy el cultivo es testimonial y los que mantienen semillas heredadas de su padres y abuelos se cuentan con los dedos. Esta es la sinrazón de la sociedad moderna, dependencia y vulnerabilidad ante el alimento y esto es la semilla de la aculturación sistemática en toda la población. La ignorancia y el desprecio a la huerta de las últimas décadas no puede traer nada bueno a la sociedad de la apariencia, del embalaje sin contenido.

Acelga amarilla de Gelsa.

El pasado mes de marzo algunos pensaran que tuve suerte, yo digo que me acompaño la suerte, si es verdad que fue un día largo, jornada de más de 10 horas de búsqueda en varios pueblos de la comarca de la ribera baja del Ebro hasta que di en el Casino de Gelsa con un hombre de libro. Había varios hortelanos que me miraron al lanzar mi pregunta, busco hortelano que cultive verdura de semilla propia, heredada de sus padres y abuelos. La respuesta fue contundente, todos me señalaron a José Usón Usón. Nos saludamos, espere que terminara la partida y me llevo a su hortal. 

José Usón Usón en su huerta de Gelsa.

Hoy os hablo de la acelga amarilla, variedad muy rústica, se siembra de febrero a noviembre cuando quieras y se come todo el año. Esta variedad se espiga poco y no hay que trasplantarla. Me indica José, la siembro, dejo que crezca y voy cogiendo las grandes, la más guapa, la que más me apetece, la mejor y voy comiendo. Dejo alguna planta que se espigue para sacar semilla. 

ACELGAS REHOGADAS CON REFRITO DE AJOS

Ingredientes

  • Acelga amarilla de Gelsa, 1,5 kg
  • Patata de Cooperativa La Sazón, 2 unid.
  • Ajos, 4-5 dientes.
  • Salchichas de cerdo ibérico, medio kilo.
  • Aceite virgen extra coupage de Bolea, 1/2 dl.
  • Sal de Naval.

Acelgas amarilla de Gelsa con refrito de ajos y salchichas.

Elaboración

  1. Limpiar la acelga, separar las pencas de la hoja.
  2. Pelar las patatas, cortar para verdura, lavar y poner a cocer con agua fría.
  3. Cuando las patatas han hervido 3-4 minutos incorporar las pencas cortadas al gusto, hervir el conjunto 2 minutos y añadir la hoja de acelga cortada, sazonar.
  4. Cocer hasta que la patata resulte tierna y la hoja y penca estén cocida, unos 10-12 minutos.
  5. Escurrir y colocar la acelga en la cazuela.
  6. Pelar los diente de ajos, poner la sartén al fuego con un buen chorro de aceite y los ajos, dorar y escaldar la verdura.
  7. Freír las salchichas.
  8. Montar el plato de forma armoniosa.
  9. ¡Buen provecho ¡

Comentario

En Gelsa, me indica José Usón Usón se hierve la acelga con patatas, se escurre el agua y se escalda con un refrito de aceite rusiente y ajos. Luego se acompañaba con tocino blanco si lo había.

No hay vida humana ni economía posible si no hay naturaleza. Dependemos de la naturaleza, la sociedad tiene que ser consciente y aprender a tener relación con el territorio empezando por la alimentación.

Elegir que comemos solo es posible si hay diversidad y si se cultiva la cultura hortícola, disfrutar en la mesa de manera consciente es cuando el sabor y el cuidado del planeta son un principio de libertad en nosotros.

Lo que hicieron durante siglos distintas civilizaciones en un mismo territorio para alimentarse de manera sostenible en unas pocas décadas lo hemos destruido y todos pagaremos este grave error, consecuencia de dar la espalda al mundo rural la sociedad moderna que abarrota las ciudades.

Gracias a la generosidad y tiempo que me dedico José Usón Usón, es un honor y un verdadero disfrute compartir con las personas del mundo rural, donde la sencillez y la sabiduría se complementan y dan lecciones de vida.

 

                      Cambiando el hábito de comer, cambiamos el mundo.

 

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