ESPINACA DE BUEÑA

ESPINACA DE BUEÑA

 

Semilla de espinaca de Bueña

La comarca del Jiloca en Teruel aglutina pueblos de una gran belleza y de una historia repleta de curiosidades. En la localidad turolense de Bueña el azafrán fue sin duda un alimento que jugo un papel de primer orden, en la actualidad debido al éxodo rural sería bien complejo mantener el cultivo de esta histórica planta. Hace poco más de un lustro localice esta semilla de espinaca que hace honor a la relación del ser humano y la tierra, otro monumento en forma de semilla que salvaguarda y mantiene desde hace décadas Eloy Ibáñez.

Alberto Ruiz

Las semillas como el amor, hay que cuidarlo todos los días, y así es como Alberto cuida y cultiva esta semilla de espinaca para disfrute de los Altoaragoneses en el mercado agroecológico de Huesca. La siembra la realiza a primeros de noviembre, la planta nace, pero por el frío se queda pequeña esperando el despertar de la primavera. Con los calores de febrero empieza a crecer y es a mitad de marzo cuando se recolectan las primeras plantas. La temporada se mantiene a lo largo de 30 a 40 días.  A finales de abril la planta sube a flor, se deja de coger espinacas y seleccionan unas plantas para dejar semilla que se recolectará a finales de junio con la idea de repetir el ciclo el próximo mes de noviembre.

Miguel Servet

El humanista universal Miguel Servet, expresaba «Consciencia y libertad». Miguel Servet fue un pensador y científico que dominaba un buen número de ciencias, destaco en medicina, teología, física, anatomía y traducción. Polifacético, con unas capacidades sobrehumanas y un gran luchador por la expresión abierta de las ideas. Quizás lo que marco y caracterizo su vida fue la fuerza, compromiso y responsabilidad por la defensa de la libertad de pensamiento, aspecto que le ha dado el reconocimiento de ser uno de los precursores de la libertad de conciencia en la Europa moderna. El 27 de octubre se cumplirán 470 años de su ejecución en la hoguera, hecho que se consumó el año 1553.

Iglesia parroquial de Villanueva de Sijena y estatua de Miguel Servet.

Subrayo esta frase propia de un humanista y hombre de bien; “Merece la pena defender las ideas que uno tiene, cuando en consciencia uno cree que son justas”.  Hoy cuesta observar la ligereza y la manera de juzgar de algunos frente a otros que no piensan lo mismo, sin ver el más mínimo gesto de reflexión, tolerancia y reconocimiento a formas de ver y entender las cosas de modo distinto. Ha pasado casi medio milenio y hay comportamientos humanos que atestiguan y muestran fallas en la educación, en el respeto y en la integración de los valores humanos y/o universales, elementos que deberían ser el faro, el principio de la convivencia y el ejemplo a dejar en herencia.

Miguel Servet es una de las figuras más influyentes en la Europa del siglo de los descubrimientos. Su carácter y tesón por la libertad de pensamiento nos pueden dar una idea de su coraje en aquellos años, casi 500 años después de su muerte la libertad sigue tambaleándose en muchos puntos del planeta. La libertad sin pan no es libertad, al igual que la vida sin semillas no es libertad. Estamos en el siglo donde se debe desenmascarar los intereses individuales, comprometerse con los intereses colectivos debe convertirse en el principio de las acciones de la sociedad actual, sociedad en un mundo globalizado donde estamos todos concernidos sin excepción en una sola casa, la Tierra. Obviar esta máxima es negar la realidad.

Panadería-Repostería Blecua Rodellar en Villanueva de Sijena

Este obrador abrió sus puertas el año 1919. El abuelo de la que hoy regenta la panadería, “Desiderio Rodellar Sopena” junto a su mujer hacían pan en los primeros años. Desiderio aprendió en la confitería Zorraquino de Zaragoza. El obrador cumplió un siglo el año 2019, María José Blecua y José Luis Royo son la tercera generación de una familia de panaderos. La panadería cuenta con un horno de piedra moruno en el que se ha elaborado además del pan tradicional, las -tortas lagañosas-, los famosos bizcochos de caja, las tortas de cuchara, las madalenas, carquiñolis, almendrados, dobladillos y empanadones de calabaza y de espinacas.

María José Blecua y José Luis Royo

Recetario tradicional aragonés

En esta ocasión, rendimos homenaje al ilustre Miguel Servet con esta tradicional elaboración, una receta que se transmitía de forma oral y que ocasionalmente se cita en los libros, personalmente considero que simboliza una ejecución culinaria de gran interés cultural y gastronómico.

La Guía Turística de la Provincia de Huesca editada por la Asociación provincial de Empresarios de Hostelería el año 1983 recoge la elaboración de pastillos o empanadones de “espinais” o espinacas en el capítulo de la repostería.

 

EMPANADON DE ESPINACAS

Ingredientes

  • Masa madre, 300 gr.
  • Harina de trigo, 1050 gr.
  • Agua de anís, ½ litro.
  • Aceite de oliva virgen extra ¼ litro.
  • Levadura, 90 gr.
  • Sal, 2 pizcas.
  • Azúcar, 300 gr (si hacemos la masa dulce)
  • Espinacas de Bueña, 3 manojos.

Elaboración

  1. Juntar el agua, el aceite, (la azúcar) y diluir la levadura.
  2. Añadir la masa madre, la sal y por último poco a poco la harina.
  3. Reposar la masa un par de horas.
  4. Por otro lado, limpiar las espinacas, retirar los tallos, lavar bien y escurrir.
  5. Estirar la masa, colocar un buen puñado de hojas de espinacas en la mitad de la masa, sazonar con sal o espolvorear azúcar, verter unas rayas de aceite y espolvorear un poquito de harina.
  6. Cubrir las espinacas con la otra mitad de la masa y cerrar bien el contorno.
  7. Antes de poner al horno a 180 º C en torno a media hora, rociar una raya de aceite por encima del empanadon.
  8. ¡¡Buen provecho¡¡

Comentario

Esta elaboración tradicional, fue receta habitual en la temporada de la espinaca fresca en los obradores del Altoaragón. La llegada de la primavera era un tiempo escaso de verdura en las huertas de la época, las coles, calabazas y nabos daban paso a los espárragos, habas y espinacas.

La elaboración y consumo del empanadón de espinacas ha ido decreciendo hasta llegar a desaparecer del recetario gastronómico aragonés. La llegada de las calabazas, el uso desmedido del azúcar blanco y un mayor hábito por el consumo de cosas dulces pueden ser una de las causas de la casi desaparición.

El dato para considerar y que merece una reflexión es la idea por recobrar una elaboración típica aragonesa en base a una variedad de hortaliza de hoja tradicional. Elementos que confieren a esta elaboración, identidad, singularidad, sostenibilidad y sabor. Conductas y aspectos que poco a poco van a ir conformando la nueva gastronomía, sustentada en la relación entre el individuo, el lugar, la historia y la verdad.

 

                     Cambiando el hábito de comer, cambiamos el mundo.

 

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