30 Sep VAINAS DE BIELVA EN CANTABRIA
Cantabria es un lugar de contrastaste y en lo que respecta a la huerta tiene una riqueza enorme y tristemente casi desconocida hoy en día. Son muchas las curiosidades que atesora, algunas de ellas son casi exclusivas y evidencian la grave erosión genética producida en esta tierra y el abandono que ha sufrido el mundo rural en este idílico paraje de la península ibérica.
Bielva es la capital del municipio de Herrerías. Está situada en la costa occidental de la Comunidad cántabra y pertenece a la Comarca del Saja-Nansa. Parece ser que el nombre de la localidad de Bielva viene de la palabra “bien va”, cuentan que los caminantes que iban de paso a San Vicente de la Barquera preguntaban si iban bien hacía San Vicente y respondían los habitantes de Bielva, “bien va, bien va”.
A Bielva, fui en busca de variedades hortícolas y acerté, lo que no sabía y descubrí allí que uno de sus famosos habitantes era un jugador de bolos, (El zurdo de Bielva) de nombre Rogelio González.
Es interesante como los pueblos y ciudades reconocen a sus hijos ilustres por la notoriedad que hacen de su tierra, pero no deberíamos dejar pasar a todos y todas esas personas que han dado de comer a la población en cada rincón del mundo y nadie habla de ellos. Grave error el que comete la sociedad cuando no es capaz de edificar y nombrar a un vecino por su contribución a mantener la cultura de la huerta o el cuidado de la ganadería local activa. Esta indiferencia hacía el mundo rural y hacia los verdaderos artífices del mantenimiento de las singularidades e identidad de los pueblos en materia de la cultura y patrimonio alimentario local, está llevando a un alejamiento cada vez mayor del ser humano con la tierra donde vive y muestra el desprecio e indiferencia a uno de los oficios más antiguos, el de -hortelan@-. En la actualidad ningún joven quiere estudiar y mantener este oficio legendario.
Si se llega a perder todo este acerbo cultural, la humanidad habrá dado al traste con uno de los aspectos más valiosos y que orientan al ser humano a lo largo de su vida, y no es otro que la comunión entre “el amor a la tierra y el retorno que la tierra da a los hombres por su interacción con ella”.
En Bielva todavía pude ver a una persona que es digna de merecer todo reconocimiento por su contribución a mantener todo lo que le fue dado. Mariángeles Vázquez me mostró más de media docena de variedades entre hortalizas y legumbres, ella sigue manteniendo con las mismas ganas los tesoros y la sabiduría heredada de sus abuelos, en especial de su abuela Jesusa Bustamante que era la que sacaba adelante la huerta e inculco a Mariángeles el amor a la tierra y a la huerta.
La vaina de Bielva es plana, de color verde y larga. La fecha de siembra es durante el mes de mayo hasta la festividad del Carmen. Es una planta de mata alta, con un gran poder germinativo y muy precoz. El grano seco se puede comer pero tradicionalmente el consumo ha sido el de las vainas.
ENSALADA DE VAINAS, CHIRIVÍAS Y ANCHOAS DE CANTABRIA
Ingredientes
- Judías de vaina de Bielva, 500 gr.
- Chirivías de Duña, 400 gr.
- Cebolla de Carandía, ½ unid.
- Anchoas de Laredo.
- Aceite virgen extra variedad “Verdeña, Negral y Alquezrana” de Bierge, 1/2 dl.
- Limón de Novales, 1 unid.
- Sal de Naval.
Elaboración
- Limpiar las vainas y hervir en agua sazonada. La cocción en la primera florada de las vainas es breve. En torno a los 7 minutos.
- Pelar y lavar las chirivías, cocer enteras alrededor de 9 minutos, refrescar y cortar al gusto.
- Pelar y cortar la cebolla en brunoise y reservar.
- Preparar la vinagreta de limón.
- Montar el plato, intercalando vainas y chirivías. Guarnecer con las anchoas y la cebolla. Aliñar con la vinagreta de limón y decorar con unas flores de la judía de Bielva.
- ¡¡Buen provecho¡¡
Comentario
Cocinar con lo que aporta la tierra debería ser lo normal y habitual, una realidad que durante siglos ha formado parte de la relación entre personas y lugares. La receta de hoy se construye en base a una sencilla historia, pero amparada de la verdad y llena de autenticidad.
Es tiempo de dejar aun lado la apariencia y entrar en la evidencia y lo profundo de cada uno para reencontrar la esencia y el rol que nos hace más humanos y nos colma mucho más que las apariencias y las imágenes que se diluyen con la facilidad que un terrón de azúcar desaparece.
Cambiando el hábito de comer, cambiamos el mundo.
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