19 Dic LA RIQUEZA OLVIDADA
LA RIQUEZA OLVIDADA
El pasado 30 de octubre el Centro de Innovación Gastronómica de Aragón ubicado en -Walqua- Huesca, organizó un encuentro entre cocineros, transformadores y sector hostelero de Aragón. El objetivo era claro, conectar algo que nunca debería haber ido por caminos distintos.
Estamos en un momento de verdadera incertidumbre, un país como España donde hace medio siglo el peso de la economía se vertebraba en el sector primario hoy vemos como la realidad es bien distinta. Los alimentos vienen y van con la única justificación del margen de beneficios que rentan y a la vez vemos como el mundo rural desvanece ante la impasividad de gobernantes complacidos y la inteligente dirección que profesan los que quieren dirigir el mundo de la alimentación.
Buena asistencia de público, aspecto positivo, pero no suficiente para poder fijar objetivos a corto y medio plazo de las líneas que se deben reconstruir si Aragón y España de verdad quieren meter el equilibrio en el centro de la mesa para consensuar un modelo de sociedad que se ajuste a los ritmos de la naturaleza, la convivencia, la fraternidad, etc. y no al estricto modelo de la economía que tanto daño está causando en el planeta que habitamos.
La conferencia que dirigí al público bajo el título -La riqueza olvidada- fue un discurso para poner énfasis y valor lo que aconteció en la huerta aragonesa hasta los años 80 del siglo pasado y la situación de abandono, dependencia y vulnerabilidad de la sociedad actual en materia alimentaria.
Abrí con estas frases del insigne hortelano Oscense que nos dejó en los años 90, Daniel Calasanz Abadía;
“Entonces la ciudad se abastecía de frutas y verduras de
nuestras huertas, y hoy en cambio no.
Y aunque hoy, no existe ningún problema en cuanto al abastecimiento, pues podemos decir que se traen de fuera la mayor parte de frutas y verduras. En este sentido, hemos de considerar que hemos remitido en lugar de progresar.
Que Huesca sea, o esté consideraba como eminentemente agrícola; que antes se produjeran suficientes productos hortícolas para el consumo, y que hoy, más del setenta por ciento lo importamos, es un verdadero contrasentido, y un signo de inoperancia que no nos favorece”
A continuación, recordé al polifacético Joaquín Costa, conocido como el León de Graus por su temperamento y defensa de sus principios. Joaquín descendía de una familia numerosa de agricultores, fue notario, político, humanista y padre del regeneracionismo en España. Se crio en el mundo rural, el trabajo y esfuerzo le forjaron un pensamiento y una mirada adelantada a su tiempo que hoy incluso algunos no atisban a comprender. Proclamo la idea “Escuela y despensa”, sostenía que elevar el nivel educativo y alimentar bien a la población era un gran adelanto para la sociedad del momento. Si hoy levantara la cabeza no entendería la ignorancia de la sociedad actual en materia alimentaria y menos aun la pérdida de la biodiversidad local y el daño que causa en el territorio. Llama la atención que incluso la despensa, esa dependencia que hasta hace unos años era indispensable en las casas hoy ya no existe y las cocinas se han convertido en un espacio reducido pues la alimentación familiar se esta dejando en manos de la agroindustria.
Ofrecí un repaso de la riqueza de variedades hortícolas que hoy ya no están presentes en los mercados y que son parte del pasado de Aragón, historia que ha nutrido a los estómagos de la población que ha vivido y visitado Aragón. Hoy la realidad es otra y lo peor es que se está haciendo muy poco por cambiar el modelo educativo, tengamos cuidado, igual el día que queramos arreglar este desaguisado sea demasiado tarde.
Lo que si es cierto que nadie puede enseñar lo que no conoce, no caigamos en el atrevimiento de pensar, como no lo conozco no existe. Les aseguro que hay mucho por descubrir y en los libros de los alumnos de educación primaria, secundaria y de hostelería no aparece el patrimonio hortícola, ni tampoco el de legumbres, cuando si se estudia el patrimonio artístico, monumental, etc., ¿No creen que algo no estamos haciendo del todo bien?
Estaría bien preguntarse dentro del sistema educativo que consideración hay sobre la educación alimentaria y sus consecuencias en el futuro y equilibrio de nuestra nación.
Cambiando el hábito de comer, cambiamos el mundo.
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